
Aunque la gran mayoría de las personas que sufren de este mal no van al extremo al que llegó Irene, muchas concuerdan con una paciente anterior que explica cómo se sintió antes de hallar alivio: “No disfrutaba de nada. Me sentía atrapada en
una terrible pesadilla sin esperanza alguna de un cambio.
Me parecía que estaba colgada de un hilo cada momento de cada día, y me aferraba de él desesperadamente. No quería morir, pero tampoco quería vivir bajo estas condiciones.”
¿A qué se debe tal sufrimiento?
¿Es simplemente asunto mental?
¿Es todo asunto mental?
EN LA ENTRADA DE ARRIBA SE DA EXPLICACIÓN DETALLADA DE ESTAS PREGUNTAS.
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